jueves, 15 de abril de 2010

La realidad sin dormir.


¿Cuántas veces te has quedado sin dormir por darle vueltas a algo en tu cabeza?, ¿Cuántas sensaciones te han quitado el sueño y simplemente te mantienen viendo el techo?, ¿Qué te mantiene en vela?, ¿Qué -o en este caso quién- te roba el sueño por las noches? Cuántas preguntas relacionadas a lo mismo; el insomnio, el desvelo, la angustia o simplemente el deseo de no dormir. Una de las mejores cosas y también de las peores que te pueden pasar en la vida. Quitarte el sueño es una cualidad de esas personas o acciones que nos dan una alegría mezclada con tristeza y una pizca de melancolía. Tú cerebro suelta un coctel de hormonas que te mantiene drogado y en un estado de estupidez, y también puede soltar una bomba de angustias.

Cómo es posible que una acción tan simple como arañar tu espalda te quite el sueño, ¿cuánto poder le das a esa persona para que con una pequeña acción te mantenga dopado? Quizás no sea sólo la acción sino también el deseo que se tenga a esa acción.

La realidad sin dormir puede tener dos tipos de lentes, el primero el feliz, que aunque estés cansado te mantienes con una sonrisa de oreja a oreja en el día, y el triste, que es provocado por angustias, te mantiene ido, pensativo y hasta depresivo. En el primer caso el tiempo pasa muy rápido, en el segundo muy lento. En el primero ves el vaso medio lleno, en la segunda a veces ni ves el vaso. En el primero quieres sacar lo que llevas dentro, en el segundo no quieres que nadie se entere.

La realidad siempre está alterada por los sentidos y tú, ¿cómo la alteras?

2 comentarios:

  1. imposible no identificarte con esta entrada, asi me pasa usualmente cuando me desvelo. Aveces escribo, pero son cosas que nunca llegaran a su destinatario. ¿Le pasa igual? hace poco escribi un correo muy extenso a un amigo. Le hable sobre "la persona" escribi cositas harto interesantes :P pero cofidenciales; me sabe mal que ninguna linea pueda llegar.

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  2. No llego a escribirlo, lo recreo en mi mente, lo imagino, imagino las palabras, hago la carta, la envío en mi imaginación y después, la quemo junto con esa imagen. La verdad no soy bueno resolviendo conflictos, al menos no los que tengan que ver con mi persona.

    El escribir es una de las formas de sacar lo que llevas dentro, soy pésimo hablando, la verdad no me gusta mi voz, siento que es sosa, fea, aburrida, sin tono, sin chiste; pero, a la hora de escribir, siento que puedo darle un énfasis distinto a mis ideas, es más fácil liberarme escribiendo que hablando.

    Le agradezco su visita, y espero que vuelva pronto.

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